miércoles, 1 de abril de 2009

Juventud en democracia por Juan Carlos Ramos

¡Basta! Basta de pensar que la gobernabilidad de un estado la deben ejercer sólo aquellos personajes de antaño con una extensa, muy extensa, carrera. La oportunidad de conducir a la nación a una renovación total, es también de quienes apenas empiezan a convertirse en verdaderos hombres y mujeres: los jóvenes. La juventud, sin ímpetu de grandeza, y con mentes llenas de nuevos conocimientos, lleva la batuta a la hora de hablar de soluciones audaces, gobernabilidad y trabajo social. De nosotros dependen las nuevas vías de desarrollo y evolución de la nación y el estado.

Según el censo del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE, de 2005, en Colombia la población entre los 14 y 26 años es cercana a los 11 millones de personas. Esto bien puede significar que los jóvenes somos una masa creciente de activa intervención social y política. Ser joven hoy, es haber nacido entre 1983 y 1995, porque para fines de participación y derechos sociales, el estado colombiano ha decidido llamar y clasificar a este selecto grupo de ciudadanos como jóvenes. Así lo afirma la ley 375 del 4 de Julio de 1997 mediante la cual se consideran jóvenes “a personas entre los 14 y los 26 años”. A partir de esta ley se establecieron cuestiones como garantías penales, sistemas de protección, responsabilidades civiles y derechos ciudadanos para los jóvenes.
Sin duda, uno de los derechos más importes que la ley nos ha concedido, es la oportunidad de participar de la democracia. Los jóvenes de hoy somos más conscientes del valor de nuestra participación, exigimos espacios de decisión, nos sentimos en la capacidad de construir estrategias y tácticas políticas. Los jóvenes de hoy tenemos la gran oportunidad para reafirmar que la ¡JUVENTUD SÍ CUENTA!, que nuestra palabra sirve para la creación de un proyecto de paz, justicia, dignidad y oportunidades.
Ahora bien, a alguien le podría parecer una tontería la participación de un joven de tempranos 14 años en un organismo de participación ciudadana o política; podría incluso pensar que es muy prematura esa vinculación, o simplemente que es el cumplimiento “farandulero” de una ley sin fundamento. Un joven de 14 años, si bien ve clases de constitución política en el colegio ¿qué le puede importar la política y la sociedad?, ¿qué va opinar de la participación ciudadana?, ¿qué podría aportar a la democracia? comentaría, talvez, alguien que no cofia en la fuerza de la unión juvenil. De hecho, el joven puede que no sea totalmente consciente de la toma de decisiones ni de la envergadura de planes para la solución de problemas. Sin embargo, es un agente valioso para reconocer y hacer crítica a las situaciones de su presente y opinar acerca de lo que cree conveniente para su futuro, ser fuente de divulgación de su realidad, y tener la disposición de aprender y formar un conjunto de representación juvenil.

Además, a raíz de las protestas de mayo del 68, los jóvenes estudiantes logramos la organización y consolidación de un modelo de gobierno estudiantil que nos permitiera un acercamiento temprano a la política, y a la búsqueda de soluciones para las problemáticas de nuestro entorno escolar. Éste se considera el primer acercamiento a la democracia, a la participación y a la divulgación de nuestras opiniones, que no sólo se detiene allí, sino que evoluciona con el transcurrir de los años, cuando nos volvemos más concientes y conocedores del funcionamiento del estado y la política. De modo tal, que aunque pocos, nuestras aproximaciones y conocimientos del mundo electoral, nos permiten afrontar con seriedad y compromiso nuestra responsabilidad.
El gobierno colombiano ofrece la oportunidad de vincular a los jóvenes a la discusión y resolución de situaciones que aquejen su integridad y perfecto desarrollo. Teniendo en cuenta que somos un número significativo de la población, se construye un mecanismo donde evoluciona nuestro concepto de democracia: el Consejo Municipal de Juventud.
Los jóvenes de hoy, participativos y democráticos, se integran en organismos públicos como el consejo municipal de juventud, un espacio propicio donde podemos participar y velar por nuestros intereses comunes, construyendo con la alcaldía de nuestro municipio y otras entidades que trabajan con la juventud, propuestas e iniciativas que nos beneficien. El CMJ está compuesto de jóvenes elegidos por jóvenes, mediante votación popular.

Ser joven es saber que tienes voz y voto. Ser joven es recibir el respaldo de quienes ven ti una esperanza. Ser joven es emprender con entusiasmo una carrera de cambios políticos y renovaciones sociales. Ser joven es tener la oportunidad de representar a tus iguales, es la opción para ayudar a mejorar el futuro de más jóvenes.
Ser joven es la oportunidad de manifestarte, de ayudar, de vincularte a cualquier causa que busque el beneficio de los demás. Con el cumplimiento de tus derechos y deberes como joven apoyas a la consolidación del concejo municipal de juventud. Postúlate, propón, vota y lucha por tus ideales.
¡Joven!, Disfrutemos plenamente la condición de ser joven, fortalezcamos la participación juvenil, promocionemos los valores para la convivencia; fortalezcamos iniciativas que desarrollen nuestras capacidades intelectuales, expresiones estéticas, destrezas deportivas. Luchemos por una juventud amable y productiva. ¡Arriba el liderazgo juvenil!

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