miércoles, 1 de abril de 2009

¿Vale la pena ser joven hoy? Por Diana Marcela Torres Llantén

Se entiende como joven a la persona que se encuentra entre los 14 y los 26 años de edad, según la ley 375 de 1997 o Ley de la Juventud. De igual forma, según el censo del DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística) de 2005, en Colombia existen aproximadamente once millones de jóvenes y cerca de un millón de ellos habitan en la ciudad de Cali. Teniendo en cuenta estas cifras, ¿somos suficientes los jóvenes como para lograr cambiar el mundo?; en diez años, ¿seremos la misma cantidad?, ¿más?, ¿menos?

A los jóvenes de esta época (finales del siglo XX y principios del XXI) nos ha tocado vivir en un mundo lleno de conflictos, desastres ecológicos, miseria, pobreza, disfunciones matrimoniales, narco-política, para-política, guerrilla y hasta falsos positivos. En una sociedad corrompida y subdesarrollada como la colombiana en donde las oportunidades de superarse escasean, somos muy pocos los que tenemos acceso a la educación superior y más pocos aún los que logran desempeñarse en el campo profesional para el que se prepararon. Los más, por desgracia, habitarán ese lugar llamado “el país del rebusque”.

Muy seguramente son estas, entre muchas otras, las causas del alto índice de suicidio y homicidio en jóvenes que se presenta actualmente en Colombia y más específicamente en la ciudad de Cali; la cual en los últimos años se ha constituido en una de las ciudades más peligrosas del país y con uno de los mayores índices de mortalidad en jóvenes[1].
Y no sólo en Colombia, tanto en países desarrollados como en vía de desarrollo, se ha registrado un importante ascenso en las defunciones de jóvenes. Importantes investigaciones resaltan el hecho de que la incidencia de enfermedades como el SIDA[2], vienen atacando principalmente y de manera acelerada a los jóvenes, y que la agudización del conflicto social en diferentes áreas se ha manifestado con el aumento del número de muertes violentas[3].

Hoy en día son muchas las ideas que surgen para consolidar un estado y llevarlo por el sendero que su gobernante quiere. Es así como encontramos un sinnúmero de estrategias que buscan fortalecer la institucionalidad, y el desarrollo de una región a partir de obras de infraestructura e ingeniería, la acción policiva y otros elementos que, aunque son determinantes para el desarrollo, muchas veces se alejan de la esencia de una comunidad.

Las soluciones a los problemas de la sociedad se buscan por diferentes caminos que al final continúan siendo los mismos de siempre y el ser humano como tal es tenido en cuenta muy poco. Es por eso que actualmente vemos el núcleo familiar desintegrado y los jóvenes estamos siendo arropados por factores como la violencia y el maltrato, que muchas veces llevan incluso al suicidio.

Es por eso que hoy vale la pena preguntarle a los gobernantes, sí de verdad están haciendo algo por los jóvenes, por el progreso, por combatir la miseria en la que muchos de estos se encuentran, por aquellos que aún no han logrado ingresar a una educación superior y peor aún por aquellos que desde niños no han tenido ningún nivel de escolarización, por quienes han tenido que dejar de estudiar para ir a trabajar y ayudar en la situación económica de sus familias.

Es hora de que estas personas que dirigen los países y las ciudades se interesen más por los jóvenes, por los grandes peligros que nos acechan y se den cuenta de que la juventud no es sólo el futuro de un pueblo, sino el presente, el futuro y hasta el pasado.
Como jóvenes cabe cuestionarse si de verdad vale la pena vivir en una sociedad tan egoísta como esta, donde no importan las minorías, donde la intolerancia cada vez se hace más grande y donde los jóvenes al parecer hemos dejado de importar.

Nos encontramos también en la obligación de preguntarnos por lo que estamos haciendo por esta sociedad, por nuestra sociedad. Es hora de que dejemos de seguir siendo y creyéndonos víctimas y en lugar de ello empecemos a tomar cartas en el asunto, porque cambiar la realidad está en nuestras manos; pero si por el contrario no hacemos nada, estamos siendo cómplices de esta absurda realidad que en muchas ocasiones se traduce en guerra.

[1] http://www.taringa.net/posts/imagenes/1096594/Ciudades-peligrosas.html (consulta hecha el 28 de febrero de 2009).
[2] http://www.imbiomed.com.mx/1/1/articulos.php?method=showDetail&id_articulo=31066&id_seccion=1609&id_ejemplar=3184&id_revista=108 (Consulta hecha el 28 de febrero de 2009).
[3] http://www.dane.gov.co Proyecciones anuales de población por sexo en Colombia (Consulta hecha el 26 de febrero de 2009).

No hay comentarios:

Publicar un comentario